Morrico Fino de Sos del Rey Católico

Este año está siendo "año de setas".

Las lluvias caídas últimamente unidas a las temperaturas tan suaves que todavía tenemos han hecho que proliferen.

Así que, si también sois seteros, seguro que habéis recogido unas cuantas variedades.

Yo he aprovechado que tenía bastante "negrilla" (tricholoma terreum) para hacer unas deliciosas croquetas de setas.

Negrilla (tricholoma terreum)

Podéis hacerlas con las setas que tengáis o con las que más os gusten. Con cualquier variedad os quedaran unas deliciosas croquetas de setas.

Los ingredientes que vamos a necesitar son:

Ponemos las dos cucharadas de aceite en una sartén.

Cuando esté caliente le añadimos la cebolla bien picadita.

Dejamos que se poche durante cinco minutos.

Mientras limpiamos bien las setas y las cortamos a trocitos pequeños con un cuchillo.

Las añadimos a la cebolla pochada.

Salpimentamos y removemos todo, hasta que las setas estén cocinadas y se haya evaporado todo el agua que sueltan.

Añadimos la harina y revolvemos bien para integrarla y cocinarla.

Vamos añadiendo la leche poco a poco mientras revolvemos.

Seguimos dándole vueltas hasta que veamos que la masa se despega de las paredes de la sartén.

Vertemos la masa de nuestras croquetas de setas en un plato llano, la cubrimos con papel film para que no haga costra y la dejamos enfriar.

Cuando la masa de croquetas de setas esté fría vamos dándole forma y las pasamos por pan rallado, huevo batido y nuevamente por pan rallado. Con éste doble empanado conseguimos una capa mucho más crujiente.

Ponemos abundante aceite a calentar y las freímos por tandas.

Cuando estén doraditas las sacamos a un plato con papel de cocina para retirarle el exceso de aceite.

¡¡¡Y ya está!!!

Sólo queda disfrutar del sabor y la textura de unas riquísimas croquetas de setas.

¿Os animáis a hacerlas?

Con los calores hemos tirado mucho de ensaladas, sopas frías y carnes y pescados a la plancha. Platos ligeros y de fácil elaboración.

Con la llegada de los primeros fríos apetece más meterse en la cocina y elaborar deliciosos guisos que nos entonen el cuerpo al llegar a casa.

Pues éste conejo con verduritas y jamón es uno de esos platos.

El conejo, una carne blanca y suave, con ésta receta queda muy muy sabroso, ya veréis. 

Los ingredientes que vamos a necesitar son:

Ponemos sal en los trozos de conejo y los enharinamos ligeramente.

En la cacerola en la que vamos a hacer el guiso ponemos el aceite y cuando esté caliente freímos los trozos de conejo.

Cuando el conejo esté dorado, lo sacamos y reservamos.

En el mismo aceite ponemos la cebolla cortada finita junto con el ajo troceado.

Cuando esté transparente añadimos el pimiento verde troceado.

Sofreímos unos minutos todo junto y añadimos la zanahoria a trocitos.

Damos unas vueltas y ponemos el tomate cortado a taquitos.


Removemos y dejamos  unos cinco minutos en el fuego.

A continuación añadimos el jamón troceado.


Revolvemos y vertemos el coñac.

Dejamos que reduzca el alcohol unos minutos y volvemos a poner el conejo que teníamos reservado.

Revolvemos todo y añadimos agua hasta cubrir todo ligeramente.


Dejamos cocer 30 ó 40 minutos, rectificamos de sal y ya podemos disfrutar de un delicioso guiso de conejo con verduritas y jamón.

Que no se os olvide de acompañarlo con un buen pan para mojar porque os va a hacer falta.

Y preparaos para que os hagan la ola...que os la van a hacer, ¡¡¡seguro!!! 😏

Este año, por ésta zona, la cosecha de higos ha sido abundante y además están deliciosos.

Como los higos son una fruta de vida corta, enseguida maduran y se pasan.

Así que, para guardarlos toca secarlos, hacer mermelada o hacer la receta que os traigo: higos confitados.

Esta es una de esas recetas de toda la vida. De las que hacían nuestras madres y abuelas y nos recuerdan aquellas meriendas de cualquier tarde de invierno, en las que un poco de pan con higos confitados nos parecía el mejor manjar del mundo.

Para preparar higos confitados necesitamos los siguientes ingredientes:

En primer lugar, decir que para hacer higos confitados, es mejor que éstos estén maduros pero un poco duros para que al cocerlos no se deshagan.

Lavamos los higos y los ponemos en una cacerola. 

Los cubrimos de agua, añadimos la sal y los ponemos a cocer.

Dejamos hervir durante diez minutos.

Sacamos los higos con cuidado del agua y con un palillo pinchamos dos o tres veces cada higo para que penetre bien el almíbar.

En una cacerola amplia, ponemos el azúcar, el agua y la canela y calentamos.

Cuando hierva, removemos bien y colocamos con cuidado los higos.

Dejamos que hierva todo durante 20 minutos.

Apagamos el fuego y dejamos enfriar totalmente los higos.

Volvemos a poner la cacerola al fuego y hervimos otros veinte minutos.

Este proceso lo repetiremos hasta cinco veces, moviendo la cacerola para que se integre bien el caramelo, pero sin meter ninguna cuchara para no romper los higos.

Como resultado tenemos unos higos transparentes, con un ligero caramelo y que se deshacen en la boca. 

Corte de los higos confitados

¡¡¡Una delicia!!!

Si queremos guardarlos los ponemos es tarros esterilizados y los cocemos al baño María durante 20 minutos.

Los higos confitados los podéis tomar tal cual para postre o desayuno. Podéis acompañarlos de helado de vainilla, queso, o como en mi caso, con un poco de requesón. 

¡¡¡Deliciosos!!!

¡¡¡Higos confitados con requesón, una verdadera delicia!!!

Hoy os traigo un postre muy típico de mi tierra.

Una de esas recetas sencillas que gustan a todo el mundo, y con las que siempre quedas bien.

Hoy vamos a hacer melocotón con vino.

Esta receta se solía preparar, sobretodo, en las fiestas. Y era muy habitual realizar concursos para ver que peña preparaba el mejor melocotón con vino.

La receta es muy sencilla.

Vamos a necesitar los siguientes ingredientes:

En estos días en los que el calor aprieta no apetece mucho ponerse a cocinar.

En primer lugar limpiamos el melón de piel y pepitas y sacamos unas bolitas con una cucharilla o con el accesorio especial y las reservamos para decorar posteriormente la sopa fría de melón.

Troceamos el melón, y lo ponemos en el vaso de la batidora junto con el yogur, la nuez moscada y las dos cucharadas de zumo de limón.

Yo he utilizado yogur de oveja Valdecinca, un yogur suave y cremoso que desde que lo conocí no nos falta en la tienda.

Trituramos todo y añadimos sal y pimienta al gusto.

Dejamos enfriar la sopa de melón en la nevera.

En unas brochetas de madera ponemos las bolitas de melón que habíamos reservado alternándolas con las anchoas y en otras brochetas alternamos las bolitas de melón con jamón.

Vertemos la sopa fría de melón en un bol o en una copa y la acompañamos de las brochetas de anchoas y jamón.

Añadimos una chorradita de aceite de oliva virgen extra por encima.

¡¡¡Y ya está!!! 

En cinco minutos hemos preparado un primer plato delicioso, fresquito y que nos sirve, igualmente como entrante en un día de fiesta o con invitados. 😏

En un cazo ponemos a calentar la nata con el azúcar.

Antes de que hierva la retiramos del fuego.

En un bol ponemos las tantas. En el caso de utilizar chocolate de cobertura lo troceamos.

Añadimos una pizca de sal (ésto ayuda a realzar el sabor del chocolate)

Añadimos la mantequilla troceada que estará a temperatura ambiente.

Vertemos la nata caliente por encima del chocolate y removemos hasta que se funda todo y quede brillante.

Dejamos enfriar un poco el chocolate fundido con la nata, lo tapamos con papel film y lo metemos unas horas en la nevera.

Limpiamos los pistachos y los machacamos en un mortero. No es necesario que quede muy fino. Es mejor una textura un poco granulosa para envolver las trufas.

Cuando el chocolate esté bien frío, hacemos bolitas con ayuda de dos cucharitas.

Envolvemos la mitad de las bolitas de chocolate con el té matcha y la otra mitad con los pistachos machacados.

¡¡¡Y ya está!!! Las guardamos en frío hasta su consumo y a ver cuánto tiempo sois capaces de estar sin abrir la nevera 😉

La primavera ha llegado y con ella la huerta está en pleno apogeo.

Espárragos, guisantes, habas, bisaltos,... están en su máximo esplendor y llenan nuestras mesas de deliciosos platos.

En esta ocasión os traigo una receta de una verdura de primavera, quizás poco conocida, por lo menos preparada de esta forma.

Se trata de habas frescas a la cazuela.

Digo poco conocida porque las hemos preparado con su vaina, es decir, sin desgranar, que sería la forma más habitual y más conocida de cocinar esta verdura.

Aquí en Aragón es muy común cocinar las habas con la vaina mientras son tiernas. Cuando ya tienen el grano más grande se desgranan y se consume sólo el grano.

Para preparar éste plato de habas frescas a la cazuela necesitaremos los siguientes ingredientes:

• 600 grs. de habas frescas

• dos rebanadas de pan del día anterior

• 4 dientes de ajos

• tres cucharadas de aceite de oliva

• dos huevos duros

• Un filete de jamón

• sal

Ponemos agua a calentar y cuando hierva cocemos las habas con un poco de sal durante 20 minutos aproximadamente.

Aparte, preferiblemente en cazuela de barro, calentamos el aceite y freímos los ajos cortados a trocitos.

Cuando estén dorados los sacamos a un mortero y reservamos.

En el mismo aceite freímos las rebanadas de pan y cuando estén doradas las sacamos al mortero con los ajos y lo majamos todo.

Pasamos las habas cocidas a la cazuela de barro con un poco del caldo de su cocción.

Ponemos la cazuela al fuego y cuando levante el hervor le añadimos el majado del mortero.

Movemos un poco la cazuela para que se integre bien todo y dejamos hervir cinco minutos.


Pelamos los huevos duros, los cortamos y los repartimos por la cazuela sobre las habas frescas.

En una plancha caliente tostamos el filete de jamón. Lo troceamos y lo colocamos decorando el guiso.

Las habas frescas a la cazuela son un plato humilde, sencillo y delicioso. Probadlo y... ¡¡¡ya me contaréis!!! 😉

¡Este año en el pueblo estamos de aniversario!

Se cumplen, nada menos, que 50 años de la declaración de Sos del Rey Católico como Conjunto Histórico Artístico.

Así que, para celebrarlo, cada mes vamos a realizar una actividad encaminada a que, nosotros mismos, y por supuesto quien quiera apuntarse, conozcamos un poco más nuestro patrimonio, tanto material (Iglesias, castillo, palacios, judería...) como inmaterial (leyendas, juegos, canciones, tradiciones, gastronomía,...)

En enero Mª Dolores Sancho, arquitecta municipal, nos ofreció una interesante charla sobre "Rehabilitación de Sos del Rey Católico"

En febrero conocimos algunos secretos ocultos en la "Plaza de la Villa" de la mano de Loli Ibáñez del blog rutadeltiempo

En marzo celebramos "El nacimiento de un rey" con unas jornadas medievales, declaradas Fiesta de interés turístico de Aragón, que conmemoran el nacimiento de Fernando II de Aragón (Fernando el Católico) que tuvo lugar en esta villa, el diez de marzo del año 1.492

¿Y en abril?

Pues en abril me encargaron a mi preparar un "taller de cocina tradicional" 

Ni que decir tiene que la idea me entusiasmó.

¡Me encanta la cocina tradicional! ¡Me encantan las recetas de toda la vida! Siempre he admirado esa capacidad de nuestras abuelas de aprovechar lo poco o mucho que tenían, y hacer con ello platos dignos del mejor restaurante.

Momentos del taller de cocina

Para el taller se me ocurrió que podría llevar un plato muy aragonés que ya tenía en el blog, los huevos al salmorrejo. 

Se trata de un plato tradicional que consiste en escalfar unos huevos en una cazuela en la que previamente habremos puesto conserva de cerdo y unos espárragos.

Como para hacer éste plato necesitaba conserva de cerdo, pues fue la excusa perfecta para prepararla en el taller y así poder hacer esta entrada.

Así pues, para preparar conserva de cerdo necesitamos los siguientes ingredientes:

Lo primero que tenemos que hacer para preparar conserva de cerdo es cortar el lomo. Lo fileteamos más bien gordico para que luego resulte más jugoso.

En un mortero majamos unos ajos con una pizca de sal y le añadimos vinagre.

Salamos el lomo por las dos caras, y untamos los filetes con el majado de ajos y vinagre.

Colocamos los filetes de lomo en un recipiente al que le habremos puesto en el fondo un plato boca abajo (el lomo irá escurriendo y así no estará en contacto con los jugos que suelta la carne)

Dejamos el lomo así unas horas. A mi me gusta dejarlo toda la noche.

Cortamos la longaniza en trozos.

En una sartén ponemos abundante aceite a calentar.

Cuando esté caliente vamos friendo el lomo a tandas. Es mejor que le cubra el aceite, así conseguimos que se haga por los dos lados a la vez.

Una vez que el lomo esté frito, tampoco tiene que quedar muy tostado, lo sacamos a un recipiente para que se enfríe.

En el mismo aceite freímos la longaniza y cuando esté la sacamos y esperamos a que esté fría.

Si quisiéramos hacer también costilla de cerdo, tendríamos que seguir los mismos pasos que para el lomo. Es decir, la cortaríamos a trozos, la salaríamos y la untaríamos con el vinagre con ajos y después de reposar toda la noche la freiríamos.

Cuando esté todo frío, lo vamos colocando en un tarro grande de cristal. Antiguamente se ponía en tinajas de barro pequeñas que guardaban para ese fin.

Cubrimos la conserva de cerdo con el aceite en el que hemos frito todo, que estará frío y colado.

Debe quedar todo bien cubierto por el aceite para que se conserve bien.

En caso de que el aceite de freír sea insuficiente rellenaríamos el recipiente con más aceite de oliva.

Antiguamente esta conserva de cerdo se hacía con aceite, con manteca o con una mezcla de las dos dependiendo del poder adquisitivo de cada casa.

Además la manteca de cerdo al enfriar quedaba sólida y hacía la función de tapadera para la conserva, que impedía la oxidación de la misma al evitar el contacto con el aire.

Además de la conserva de cerdo y los huevos al salmorrejo, en el taller también preparamos unas rosquillas de anís, muy sencillas de hacer y de las que dimos buena cuenta al final. 

¡¡¡No quedó ni una!!!

En otra entrada os pondré la receta 😉

¡Estos días en mi casa hemos tenido cumpleaños por partida doble! El de mi marido y el mío. ¡Casi coincidimos en la fecha!

Para celebrarlo en casa, con la familia, he preparado ésta tarta de cerveza negra que ¡nos encanta! 

Y para celebrarlo con los amigos del grupo coral al que pertenezco, he preparado  petit choux de trufa, también llamados profiteroles.

Están ¡¡¡deliciosos!!! y la pasta choux se puede rellenar tanto de dulce como de salado. Yo hago unos petits choux rellenos de mousse de salmón ¡¡¡que quitan el sentido!!! Otro día os dejaré la receta 😉

Pues bien, hacerlos es muy fácil. Pero preparaos para hacer un montón porque son visto y no visto 😄

Los ingredientes para unos 35 petit choux  son:

Ingredientes para la trufa:

• 200 ml. de nata o crema de leche

• 20 gr. de azúcar

• 75 gr. de chocolate negro

Cuando hierva, apartamos el cazo del fuego y vertemos de golpe la harina.

Removemos bien hasta que esté todo mezclado.

Volvemos a poner el cazo al fuego, no muy fuerte, y removemos bien hasta que la masa se despegue del cazo.

Dejamos templar un poco y añadimos tres huevos, de uno en uno, hasta incorporarlos completamente en la masa. No añadimos un segundo huevo hasta que el primero no esté bien incorporado. ¡¡¡Preparaos a hacer brazo!!!

Engrasamos una bandeja de horno y con una manga pastelera o, con ayuda de dos cucharitas, ponemos montoncitos de pasta choux en la bandeja.

Pintamos los petit choux con huevo batido y horneamos a 180º durante unos 20 minutos aproximadamente, ya que dependerá del tamaño que tengan vuestros petit choux.

Cuando estén doraditos, los sacamos del horno y los dejamos enfriar y les hacemos un corte con una tijera para rellenarlos.

Para hacer la trufa ponemos a calentar la nata con el azúcar removiendo hasta que se disuelva.

Cuando hierva la nata, apagamos el fuego y añadimos el chocolate troceado, y revolvemos hasta que esté totalmente fundido.

Dejamos atemperar un poco y removemos bien de nuevo.

Ponemos la nata con el chocolate en la nevera, unas cuantas horas. Yo lo hago de víspera y lo dejo toda la noche.

Sacar la trufa de la nevera y batir con varillas hasta que esté montada.

Poner la trufa en una manga pastelera y rellenar los petit choux.

Podéis espolvorearlos con cacao en polvo o azúcar glas.

Y ya podéis daros prisa en catarlos si queréis probarlos, porque ya os digo que son...¡¡¡visto y no visto!!! 😃

En esta ocasión os traigo una receta superfácil.

Unos rollitos de naranja al chocolate que están... ¡¡¡buenísimos!!!

Es ideal para solucionar un postre rápido, una merienda de fiesta o incluso para desayunar.

Si tenéis niños, aprovechad a hacerla juntos. ¡¡¡Veréis cómo disfrutan en la cocina!!!

Para hacer estos rollitos de naranja al chocolate yo he utilizado ésta mermelada de naranja y piña que hago habitualmente, y que al tener un toquecico amargo, a mi me parece ideal para los postres. Pero vosotros podéis utilizar la mermelada que más os guste. ¡¡¡Imaginación al poder!!!

Los ingredientes que vamos a utilizar son:

En primer lugar, aplastamos con un rodillo las rebanadas de pan de molde.

Retiramos la corteza del pan, si la tiene, con un cuchillo.

Extendemos la mermelada por las rebanadas de pan.

Enrollamos las rebanadas para formar los rollitos.

En un cazo al baño María ponemos el chocolate de cobertura con las dos cucharadas de leche y dejamos fundir.

Untamos un extremo de los rollitos con el chocolate fundido y dejamos enfriar.

Espolvoreamos con un poco de cacao en polvo sobre los rollitos de naranja al chocolate.

Y... ¡¡¡a disfrutar!!!

Seguro que no queda ni uno 😏

Reconozco que yo antes no era mucho de mermeladas. Pero desde que empecé a hacerlas en casa me he aficionado y ahora siempre ando preparando alguna aprovechando las frutas y verduras de temporada.

Ahora que estamos a punto de terminar la temporada de las frutas de invierno, he aprovechado las últimas piñas y naranjas y he hecho una de mis mermeladas favoritas: mermelada de naranja y piña.

No resulta excesivamente dulce. Es más, tiene incluso un ligero toque amargo, ya que suelo ponerle un poco de la corteza de la naranja.

Me encanta untarla sobre una rebanada de pan para desayunar, o para dar sabor al yogur natural y no os digo nada como está para utilizarla en los postres.

Los ingredientes para hacer ésta mermelada de naranja y piña son: